miércoles, 9 de marzo de 2016

El yoga y las dificultades del procesamiento sensorial

Cada vez son más los terapeutas ocupacionales que incluyen el YOGA en las recomendaciones de cómo los padres pueden ayudar a sus hijos en casa. Y es que practicarlo 5-10 minutos a diario puede ayudar al niño a mejorar su exceso de actividad, a mejorar su conciencia corporal y a aprender a calmarse. Los buenos momentos para realizarlo pueden ser por las mañanas, antes de hacer los deberes, en la pausa de los deberes o antes de irse a dormir. Esperad 30 minutos después de haber comido. Es mejor realizarlo descalzo.

Hoy os voy a poner tres vídeos de Mel Campbell, profesora certificada de Yoga que trabaja con niños con necesidades especiales y también terapeuta ocupacional con una experiencia avanzada en el enfoque de la integración sensorial. Aunque estén en inglés, no os preocupéis que os escribo al lado de cada vídeo lo más importante:


VÍDEO 1

En niños con disfunción en el procesamiento sensorial se observan altos niveles de arousal, es decir, de activación fisiológica, y tienden a realizar la denominada respiración pulmonar, es decir, que llevan el aire inspirado al pecho. Llevar a cabo este tipo de respiración tiene un impacto en su control postural, estabilidad postural y en el tono muscular de su abdomen.
Este primer ejercicio enseña al niño a llevar su respiración hasta el vientre (respiración denominada profunda o diafragmática) para poder tener un efecto calmante sobre su nivel de activación. Es muy recomendable para niños con ansiedad o baja tolerancia a la frustración.
El niño debe tratar de levantar el juguete situado en su tripa al inspirar y que el juguete baje al espirar; como observaréis en el vídeo, la toma y expulsión de aire es lenta. Se repite varias veces, se retira el juguete y se sitúan las manos en la tripa para hacer el ejercicio de nuevo de esta manera.

VÍDEO 2


Es importante que las piernas tengan un espacio entre ellas, a la altura de las caderas, y cada mano esté situada debajo de su hombro. Esta postura le permite ser consciente de su esquema corporal. Para empezar el niño debe conectarse con su respiración, a través de la nariz. Si estuviera constipado y no puede respirar por la nariz, puede hacerlo por la boca.
Después empieza al ejercicio. Al inspirar el niño extiende el cuello hacia arriba y arquea la espalda "sacando tripa", y al espirar arquea la espalda como un gato y baja cabeza. Para acabar, en la última repetición, al espirar el niño tiene que ir hacia atrás para sentarse sobre sus piernas.

VÍDEO 3


Los ejercicios de doblar la espalda permiten conseguir energía y a la vez mejorar el ánimo y pueden ser muy útiles con niños con dificultades en la modulación sensorial.
Tumbarse sobre la espalda y asegurarse de que las rodillas están separadas a la anchura de las caderas y que los pies estén apoyados por completo en el suelo y cerca del trasero. Cuando inspira, tiene que elevar su pelvis hasta la altura en la que hace una línea recta desde sus rodillas hasta sus hombros; y al espirar vuelven a colocar el cuerpo sobre el suelo. Se repite varias veces. Luego se puede quedar en la postura de inspiración (la línea recta) durante tres o cuatro respiraciones, siendo en la espiración de la última cuando baja el cuerpo al suelo. Cuando acaba esto puede separar lo pies y tratar de juntar las rodillas y mantener esa postura con los ojos cerrados.



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