¡Feliz año 2016!
Estrenaré el año con unos consejos que he encontrado en la web www.themighty.com y que me han parecido buenos para niños que tienen ansiedad en determinadas situaciones.
1) Usar el tacto
Una caricia tiene un valor muy reconfortante.
2) Abrazar
No solo reduce el cortisol (hormona del estrés) sino que les hace sentir seguros. Después fomentar una respuesta adaptativa a la situación, aunque solo sea quedarse firme y respirar.
3) Usar un peluche para enseñarles a autocalmarse
Elegir un animal cotidiano, algo a lo que se arriman fácilmente. Si el peluche aparenta dormir, mejor. A la hora de dormir, contarle al niño que el gatito (por ejemplo) se ha quedado dormido. Colocar el peluche en su tripa o acurrucado a un lado del niño y contarle que tiene que intentar que el peluche siga durmiendo teniendo el niño una respiración y movimientos muy suaves para no despertarlo. Así el niño se concentra en su cuerpo y desarrolla su capacidad de controlar su respiración.
4) Entrenar la respiración
Practicarlo a diario. La respiración eficaz se realiza con el vientre -> colocarle un juguete blando en su tripa cuando se tumbe y el juguete tiene que moverse arriba y abajo. También puede poner su propia mano sobre su tripa y decirle que al coger aire la tripa tiene que empujar la mano, y al soltar aire la mano tiene que empujar la tripa. La respiración debe ser profunda, es decir, coger aire lentamente, mantenerlo un par de segundos y soltarlo muy despacito.
5) Contar una historia
Una historia en la que el protagonista tiene el mismo miedo y otras cosas en común con él (por ejemplo: su comida favorita). La historia le ayuda a entender el miedo y facilita hablar de sus sentimientos. Preguntarle al niño sobre los pensamientos y sentimientos del personaje puede mostrar claramente el punto en el que se encuentra el niño porque sus respuestas estarán influenciadas por sus propios pensamientos y sentimientos. Por ejemplo: "Si fueras el personaje, ¿qué harías en su situación?" Además, de esta manera se le involucra en la resolución del problema.
6) Un apoyo
Ayudarles a encontrar una palabra o una frase a la que pueda recurrir cuando se sienta nervioso. Es posible que durante el ataque de ansiedad no salgan las palabras, por lo que es importante decidir esa palabra/frase de antemano y recordársela cuando la necesite. Puede ser tan simple como "relájate" o "estoy bien". Pregúntale qué le gustaría escuchar cuando está asustado o disgustado.
7) Practicar la concienciación
Cuando el niño está nervioso, pregúntale dónde lo siente en su cuerpo, ¿en el vientre? ¿en la cabeza, brazos, piernas, pecho? Dile que ponga su mano suavemente en esa zona, o puede que prefiera la tuya. Después, que se concentre en la mano y sienta el confort que le da. Recuérdale que inspire y espire despacio. Mientras inspira, invítalo a imaginar el aire ir hacia su lugar de preocupación y cómo el aire quita la preocupación al salir. No pasa nada si solo desaparece un poquito y no todo, la idea es que la sensación sea manejable.
Explícale que hay mejores lugares para su preocupación que dentro de sí mismo; por ejemplo: que lo dibuje y luego lo tire.
8) Crea una fuente de confort que pueda llevar en su bolsillo
Esta es una técnica muy potente con niños a los que les cuesta separarse. Imprime una foto vuestra (del niño y tú); asegúrate de que la foto es emotiva. Después corta la foto por la mitad y dóblala. Dale al niño tu foto y tú quédate con la suya. Cuando el niño esté lejos, tu foto permanece en su bolsillo y la suya en el tuyo. Por la noche, la foto se vuelve a unir y se queda en el frigorífico o en su espejo, o dónde sea visible.
9) No fomentes la evitación
Cuanto más evite el niño la situación (que le da miedo o provoca ansiedad), más difícil será que la afronte. Aunque no quieras presionarlo, no llegues a favorecer la evitación. Esto podría, sin daros cuenta, reforzar el miedo, comunicándoles que aquello es temible y debe ser evitado. Anima cualquier intento que haga por demostrar un comportamiento valiente.
10) Evita usar etiquetas para él como "ansioso" o "tímido"
Formarán parte de su autoconcepto y se comportará de manera que refuerce la imagen que tienes de ellos.
Para los niños con ansiedad, sus padres y gente que los quiere son tan importantes que pueden marcar la diferencia. Encuentra qué estrategias le funcionan y quédate con ellas. No te preocupes si no funcionan a la primera o si solo funcionan unas pocas.
La ansiedad puede ser dura y persistente, pero contigo detrás de ellos, tus hijos lo pueden ser más.