A menudo damos por supuesto que "si un niño oye, es que debe oír bien", sin embargo esta suposición no siempre es cierta. Además algo desconocido e importante no es sólo oir bien, sino qué hace nuestro cerebro con la información que le llega desde nuestros oídos.
A "lo que hace nuestro cerebro con lo que oímos" lo denominamos Procesamiento Auditivo Central. Si la organización de la ruta auditiva no se ha desarrollado adecuadamente, nos encontraremos numerosos síntomas en el niño/a con dificultades escolares. Además, como describe el Dr. Guy Bérard, en su libro "Reeducación auditiva para el éxito escolar y el bienestar emocional", los problemas de procesamiento auditivo pueden llevar asociados problemas de conducta u otro tipo que afectan a la esfera del desarrollo emocional del niño.
La evaluación del Procesamiento Auditivo Central se lleva a cabo realizando una audiometría, tal y como la realizan comunmente los otorrinos. Dicha audiometría es valorada teniendo en cuenta tanto la cantidad (enfoque clásico), como la calidad de la audición. Además suele ser importante los datos obtenidos de la observación del niño y de los informes de los padres y/o profesores. Existe una gran variedad de síntomas que nos dan información, aunque sea indirecta, de que un niño puede presentar problemas auditivos (otitis frecuentes, se pone nervioso en lugares públicos, habla o chilla muy alto, parece oir sonidos que los demás no percibimos, falta de atención, confunde fonemas ya sean hablados, leídos o escritos, se tapa los oídos en algunas ocasiones, le dan miedo los sonidos fuertes como fuegos artificiales, globos que explotan...)
Los programas de estimulación auditiva como por ejemplo el Método Berard, tienen como objetivo madurar la ruta auditiva-cerebro, de forma que se puedan procesar los estímulos de forma adecuada. La estimulación auditiva consiste en escuchar, durante una serie de sesiones, música en la que se han modificado los sonidos por medios electrónicos e informáticos.
Algunos de los resultados más comunes que se encuentran son los siguientes: los ruidos molestan menos, aumento en la velocidad de respuesta, mejora de la atención, disminución de los gritos o del volumen de la voz, mejor concentración en la realización de tareas, mejora del lenguaje (calidad y cantidad)...
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